EL
PROBLEMA JUVENIL NUMERO UNO DEL FUTURO
Odio a mis padres: El problema juvenil número uno del
futuro será el aborrecimiento de los padres. Dentro de poco el mundo va a
quedar escandalizado por miles y miles de adolescentes que declararán: “odio a mis padres”. Estamos entrando ahora
en este periodo en que los peores enemigos
del hombre serán los miembros de su propia familia, el padre contra el hijo, la
madre contra la hija, y los parientes políticos que se odian el uno al otro. El
mayor problema de un adolescente será como convivir con sus padres. Ya ese odio hacia los padres se está
extendiendo como un cáncer por todo el mundo. Los adolescentes que se ven
precisados a vivir con padres hipócritas están aprendiendo a odiarlos. Ya no es
más un resentimiento de índole inocente que puede pasar con la edad. Es un odio
real que hace enemigos mortales de los parientes más próximos.
Una
nueva droga sexual: No tengo la menor duda de que pronto el mercado negro
confeccionará una nueva droga sexual que se distribuirá entre los adolescentes
y estudiantes. Esa droga destruirá la restricción moral y llevará a miles de
adolescentes a practicar una actividad sexual promiscua. Al propio tiempo veo
un tremendo cambio que viene en toda la cultura de drogas. Con excepción de
esta droga sexual que estoy prediciendo que vendrá, esta generación no estará
condenada a las drogas. La marihuana será legalizada. Todo lo que no podemos
manejar, lo legalizamos. Pero la marihuana legalizada llevará al hastío. Habrá
más adultos insatisfechos que fumen marihuana que adolescentes en pos de una
emoción. Esta hierba será un problema de adultos en el futuro. El lsd, la
anfetamina y otros psicodélicos llegarán a ser cada vez menos populares. Voy a
predecir que los estudiantes se dirigirán más a los valores espirituales que a
los valores químicos. Siempre tendremos problemas de drogas en este país, pero
no serán aproximadamente tan grandes como el problema del odio en el hogar.
AUMENTARÁ EL ALCOHOLISMO ENTRE LOS ADOLESCENTES:
Al tiempo que se
está prestando tanta atención al abuso de las drogas, un número creciente de
adolescentes y estudiantes recurrirán a la bebida. Habremos de encarar un
crítico problema de darse a la bebida entre los adolescentes de trece a
dieciséis años de edad. Este problema es en parte, un retroceso a partir de
toda enseñanza impartida en todas nuestras escuelas sobre los peligros que
encierra el uso de narcóticos. Hemos tenido éxito en ahuyentar a la juventud
preadolescente de las drogas fuertes, pero no hemos hecho énfasis sobre los
peligros del alcohol. En consecuencia, una gran cantidad de muchachos a quienes
sus padres les habían dicho que los hábitos de beber paternos no habían sido
tan malos como los hábitos de narcóticos de los adolescentes, han decidido
soltar las drogas y dedicarse al alcohol.
Sin embargo aun cuando estoy vaticinando un trágico aumento
en el alcoholismo entre los adolescentes, asimismo estoy convencido de que éste
no será un problema aproximadamente tan grande como el resentimiento hacia los
padres. En realidad el resentimiento hacia papá y mamá será la razón del porque
muchos habrán de darse a la bebida.
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