sábado, 22 de septiembre de 2018

FATALISMO CRISTIANO


14 DE SEPTIEMBRE DEL 2018

EL EVANGELIO ESTÁ LLEGANDO A 

TRIBUS EN EL AMAZONAS



Estos hombres pertenecían al grupo Yanomami, considerado entre los destrozadores de cráneo más feroces en todo el Amazonas, en el área de Hakoma, la cual aún no había sido alcanzada por el Evangelio. Unos misioneros informaron que por la noche los demonios poseían a los hombres de la aldea, pues golpeaban a sus esposas y les abrían la cabeza con garrotes.

Después de un viaje de 10 días, en setiembre de 2012, los cinco guerreros llegaron a un pueblo donde vivían dos cristianos brasileños, Paul y Bethany, que aprendieron la lengua de los pobladores y tradujeron el Nuevo Testamento. Los guerreros llegaron a la culminación de una reunión en la iglesia local.
Los misioneros reconocieron inmediatamente a los temibles destrozadores de cráneo. Estaban vestidos con taparrabos, armados con arcos, flechas y dardos mortales. “¿Nos van a matar?”, se preguntaban todos. Para sorpresa de la congregación, los cinco guerreros pasaron al llamado de arrepentimiento junto con otros 32 nuevos creyentes.

Paul y Bethany invitaron a los guerreros a su casa. Los hombres explicaron el motivo de su visita: "Estamos cansados ​​de vivir de la manera en que siempre hemos vivido. Nos hemos estado drogando y hemos matado gente. Queremos vivir una vida diferente. Alguien nos habló sobre el Hijo de Dios, ¿saben quién es Él?".

Paul les habló del Dios Creador: el Padre, Jesús el Salvador y el Espíritu Santo. "Vimos sus ojos brillar con todo lo que dijimos", contó Paul. Después de varios días, Paul le pidió a un piloto que llevara a los hombres de vuelta a su pueblo. Antes de irse, los hombres suplicaron a Paul y a Bethany que vinieran pronto a su aldea para hablarles más sobre Jesús.

Pasaron los meses y recibieron noticias de que miembros de aquella tribu habían exterminado a un pueblo entero de otros yanomamis y que meses después habían asesinado a 46 mineros. "A fines de 2013, fuimos en busca de esta gente. Muchos dijeron que 'era suicidio', pues 'eran demasiado peligrosos'", contó Paul. "Teníamos mucho miedo, pero decidimos confiar en Dios".

Se adentraron en la selva. De pronto estaban rodeados de hombres, mujeres y niños, armados con arcos y flechas, cerbatanas y dardos venenosos, pero también con mucha ropa de los mineros que habían matado 18 días antes. Paul tomó una foto rápida, pero se olvidó apagar el flash, los nativos levantaron sus armas de manera amenazante. Parecía ser el fin.

Entonces una voz gritó desde la multitud: "¡Deténganse! ¡Deténganse! Hoy no es día de muerte". Otro gritó: "No les hagan daño. Estos son los que dicen que hay un verdadero Creador". De la multitud salieron los cinco guerreros que habían pasado al llamado el año anterior. Entonces, los otros nativos empezaron a retirarse.

Los guerreros condujeron a los 15 misioneros a un lugar con una multitud esperándolos, y se turnaron para predicar. "Todos quedaron tan sorprendidos por lo que escucharon que comenzaron a cantar el mensaje de ida y vuelta, su forma tradicional de difundir noticias", recordó Bethany.

"Día y noche la gente se arrepentía. ¡Más de 400 destrozadores de cráneo se entregaron a Cristo!”, testifica Paul. “Elegimos a los 5 guerreros como los líderes en la fe". Hubo un seguimiento regular con los creyentes cada año. En el 2017, el mensaje de Jesús había llegado a 4600 personas en 21 aldeas remotas. "Los guerreros están haciendo lo que nosotros no podemos. Estamos viviendo un verdadero avivamiento en el corazón de la selva", concluye Paul.




UNA EPIDEMIA DE FATALISMO - ALERTA!!!




Debido a que la iglesia cristiana en los últimos tiempos entró en la falsa doctrina de la prosperidad (avaricia), cumpliéndose lo escrito en 2 de pedro 2: 3 muchos cristianos han optado por recargar el péndulo al otro extremo, es decir han caído en el fatalismo, alegando que el cristiano debe ser probado (torturado) por Dios, confundiendo ahora la prueba con la maldición, lo cual según la epidemia fatalista el cristiano tiene que pasar por desgracias como enfermedades, accidentes, desgracias económicas extremas, etc, etc, etc. Ellos creen que Dios trabaja con las herramientas del diablo (maldiciones) y creen que trabaja en sociedad con el diablo para torturar a los cristianos para formar su carácter, anulando así la obra del Espíritu santo, como si el Espíritu santo no tuviera la función o capacidad de redargüir para corregir un cristiano a través de su poder de convicción y transformación. El fatalismo es una falsa corriente doctrinal que trabaja con la incredulidad, la incertidumbre y el miedo, es un falso evangelio de terror, los fatalistas confunden las persecuciones que un cristiano puede tener por CAUSA del evangelio, con un accidente o enfermedad que el diablo les CAUSÓ en lo cotidiano, los fatalistas se creen el apóstol Pablo que pasó tantas penalidades por predicar en lugares difíciles, pero lo cierto es que ellos no predican en lugares difíciles, sino que ellos creen que cuando sufren un accidente jugando futbol, son pruebas y el trato de Dios, pero eso no son pruebas ni el trato de Dios, eso sucede por causas cotidianas que muchas veces nosotros nos buscamos, si los fatalista tuvieran razón, los hospitales estarían llenos de gente santa tratada por Dios con un carácter afable por causa de la desgracia de la enfermedad. Pero según la Biblia la enfermedad es una maldición que Dios vino a destruir, según está escrito en Hechos 10: 38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Jesús vino a sanar las enfermedades como está escrito en Isaías 53: 4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. ¿A caso Jesús le dijo a alguno de los que se disponía a sanar, que no lo podía sanar porque ese era el trato de Dios para formar su carácter? ¡NO! a Ninguno le dijo eso, por el contrario Jesús declaró que vino a deshacer las obras del diablo empezando por el pecado y siguiendo con la enfermedad, Jesús a nadie le negó el perdón y la sanidad física, porque esas maldiciones no son herramientas de Dios, las herramientas de Dios son su Santo Espíritu y su palabra. 1 Juan 3:8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para DESHACER las obras del diablo. Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y DESTRUIR; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Entiendan fatalistas, Jesús a nadie enfermó para después sanarlo, a nadie maldijo para después bendecirlo, entiendan que Dios nunca trabaja con las herramientas del diablo. No sean como aquel hombre que se apartó de Dios y satanás lo apuñaló y luego dijo que ese era el trato de Dios por haberse apartado, ese no es el trato de Dios, ese es el trato del diablo por acercarse al diablo, porque así le paga el diablo a quien bien le sirve.  ¿A caso no dice la escritura? en el salmo 91: 5 No temerás el terror nocturno,Ni saeta que vuele de día,6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,Ni mortandad que en medio del día destruya.7 Caerán a tu lado mil,Y diez mil a tu diestra;Mas a ti no llegará. El requisito es estar en Cristo, no apartarse de ÉL. Pregunto a los fatalistas, ¿ A caso Jesús le dijo a Pedro que no había podido pescar toda la noche que dejara ya de tirar la red y se fuera a su casa a dormir porque estaba siendo tratado por Dios en su mal carácter? No y No, Jesús le dijo: Lucas 5: 4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.5 Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.6 Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Iglesia fatalista, salid de esa falsa doctrina de, incredulidad, de duda, de incertidumbre, de miedo, de terror y rechazo a las promesas de Dios y volveos al camino de la fe y la santidad.