miércoles, 4 de julio de 2012
LA VISIÓN POR DAVID WILKERSON
CRISTIANOS DEL ESPIRITU SANTO OSCILANTES.
Veo a muchos de los cristianos de los últimos tiempos que
una vez fueron amadores de Dios, encaminándose al naufragio por su obsesivo
amor al placer. Aquellos que aman a Dios no encuentran placer en las drogas, ni
en las relaciones sexuales ilegítimas, ni en el alcohol, ni en el tabaco ni en
las obscenidades. Y el diablo sabe esto. La mayor parte de estos placeres
carnales ofende al cristiano y causa repulsión en él. Veo a millares de
cristianos sentados en teatros exponiéndose a influencias degradantes que antes
aborrecían. Estos no se han entregado a ningún pecado en particular, pero se
han acomodado muy bien a su afición a las películas picarescas, a las fiestas
muy concurridas, a las reuniones sociales y a saborear el vino. Estos
cristianos aman a Dios realmente, pero aman todavía más sus placeres. En
realidad no son pecadores delante de Dios, solo desconocidos para él. Se han
vuelto tan ocupados oscilando y procurando vivir una vida cristiana liberada,
que han cambiado drásticamente, sin saber en qué se han convertido. El súbito
rapto de los cristianos desde la tierra tomará a muchos de ellos desprevenidos.
Se han vuelto unos callejeros socializados que paran poco en la casa y que ya
no pueden encontrar una hora para hablar con Dios en una pieza secreta de
oración. Yo veo el pecado del futuro como el mal empleo del tiempo libre. Esto
no tiene que ver nada con una oportunidad de pasarse unas semanas de
vacaciones. No es el tiempo que se emplea en un viaje turístico por Europa o
tierra santa. No es una excursión de caza o de pesca. No son las horas pasadas
cabalgando sobre las marejadas en un acuaplano, ni deslizándose sobre patines
acuáticos, ni paseando en bote o a caballo. Todas estas cosas son legítimas y
buenas en sí mismas. Yo estoy refiriéndome a todo el tiempo que se pierde. El
tiempo que tiene uno para sí mismo, para escoger que va a hacer con él. Tiempo
que pudiera ser empleado para leer la palabra de Dios. Tiempo que pudiera
pasarse en el cuarto secreto hablándole al Padre celestial. Veo a satanás venir
de nuevo para acusar al cristiano de los últimos tiempos: ¡Mira al cristiano de
estos últimos tiempos, el enviciado con la televisión! Míralo horas y horas
dedicadas para novelas en series televisadas, comedias, deportes pero no tiene
tiempo para estar a solas con Dios. Este cristiano desconecta a Dios con un
conmutador. Va de caza de pesca, de viaje; juega al tenis, al golf, al
baloncesto. Va al cine y a fiestas, y se ha vuelto un callejero, pero no tiene
tiempo para leer su Biblia u orar. ¿No es este el cristiano de los últimos
tiempos, que se supone que ande por la fe? ¿No es este aquel cuya fe vencerá al
mundo? ¿No es este aquel que va a prepararse para los días de persecución y de caos mundial que vienen? ¿Son estos
cristianos busca placeres sobre los cuales el fin del mundo va a caer? El mayor
pecado del futuro contra Dios no es deshonrar el cuerpo, satisfacer la carne,
ni siquiera blasfemar su nombre. El pecado más grande contra Dios ahora es
simplemente ignorarlo a él, en un día y una época en que él está llamado tan
claramente. Vea una evolución irónica. Los cristianos de estos últimos tiempos,
que viven tanto más cerca del retorno de Cristo que los primitivos cristianos,
pasan el menor tiempo de todos en su presencia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario