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Vitoria (España)-Septiembre 24 Una treintena de miembros de la iglesia Filadelfia denuncian agresiones de la Policía.

La comunidad evangélica de etnia gitana de Vitoria sufrió el martes una intervención policial “desproporcionada” según los testigos, que dejó unos treinta heridos, entre ellos niños y ancianos.

Este lunes la comunidad gitana, representada por la asociación de vecinos Gao Lacho Drom, se reunirá con el alcalde de la ciudad, Javier Maroto, para pedir “explicaciones y responsabilidades” por una trifulca entre miembros de la iglesia evangélica y la Policía, ocurrida el pasado martes, que terminó con más de veinte heridos y dos detenidos.

El portavoz del colectivo, Pascual Borja, explicó su intención de “hacer llegar al primer edil nuestro malestar por el trato recibido tanto por la Ertzaintza como por la Policía Local”, aunque se desconoce si la comunidad gitana va a hacer los propio con el Departamento de Interior del Gobierno vasco. Veinte evangélicos de etnia gitana interpusieron el miércoles otras tantas denuncias contra ambos cuerpos policiales por “haber sido víctimas de una paliza” en la que hubo “más de 30 heridos”.

 

El periódico local Noticias de Álava tuvo acceso a los partes de lesiones de las personas atendidas en el hospital, entre las que no faltaban las fracturas, los hematomas, las contusiones, los esguinces o una trombosis. “Todos los golpes que nos hemos llevado han sido para quitárselos a nuestros hijos y ancianos”, advirtió ayer Ezequiel Gabarri, uno de los heridos.

Ezequiel Gabarri, uno de los heridos. El parte del niño que lanzó el objeto y por el que se generó la intervención recoge, incluso, una lesión en el cuello con puntos de equimosis, generada según su testimonio porque uno de los agentes le agarró con fuerza de la cabeza. “Nuestros niños no concilian el sueño desde entonces. Están traumatizados”, añadió Gabarri.
Las fuentes oficiales difieren de la versión de los presuntos agredidos y mantienen que “un chaval que había lanzado una piedra a una patrulla se tropezó y sus familiares trataron de agredir a los agentes”. Desde la iglesia sostienen que la pelea comenzó cuando un niño de ocho años lanzó un cubito de hielo a un coche.