sábado, 1 de agosto de 2015

EL FIN SE ACERCA



Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades y el fruto de la tierra. Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. Génesis 19: 24 al 26. Este es el relato que nos da la Biblia de la destrucción de Sodoma y Gomorra, fue el primer juicio que Dios efectuó en el tiempo antiguo sobre dos ciudades enteras y aunque las personas del mundo cristiano consideran esto cosa del pasado, Dios ha anunciado a través de los evangelios y el libro del Apocalipsis que esto también será cuestión del futuro o podríamos decir más bien del presente ya que la tierra entera se está sodomificando y los juicios anunciados por Dios se aproximan, el mundo entero se está pervirtiendo en todas las áreas y el ser humano está perdiendo su identidad sexual, pero con respecto a esto Jesús dijo:  Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. Lucas 17: 28 al 30. Estamos viviendo esos tiempos de la antigua Sodoma y Gomorra, solo resta que los juicios de Dios comiencen a manifestarse, pero la iglesia posmoderna de la gracia extrema se abstiene de anunciar estos juicios venideros bajo pretexto de que solo debemos declarar y decretar paz y prosperidad, a lo cual yo personalmente le llamaría la técnica del avestruz, que consiste en meter la cabeza entre la tierra e ignorar lo que está pasando, e ignorar los juicios de Dios que están anunciados en la Biblia como respuesta a una sociedad depravada que va de mal en peor, como está escrito en 2 Timoteo 3:13: mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Y los malos hombres están engañados llamando a lo malo bueno y a lo bueno malo y engañan a otros enseñándoles lo mismo, estos malos hombres han legalizado la marihuana diciendo que es algo bueno, estos malos hombres han legalizado el aborto, alegando que cada quién tiene derecho sobre la vida de esa criatura que aún no ha nacido, esos malos hombres han aprobado el homosexualismo diciendo que es el tercer sexo, esos malos hombres han aprobado el divorcio y el re casamiento para cuantas veces se quiera, esos malos hombres han aprobado la eutanasia o suicidio para pacientes terminales. Sin embargo el apóstol Pablo le encargaba a Timoteo que cumpliera su ministerio diciéndole: Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de EVANGELISTA, cumple tu ministerio. 2 de Timoteo 4: 5. Pero para ser evangelista se necesita que se predique el evangelio como está en la Biblia y que se predique arrepentimiento de pecado, lo cual es difícil para los creyentes del último tiempo cuyo mensaje del “evangelio” radica en el bienestar material del ser humano y no en una vida de arrepentimiento frente al pecado, porque hoy día resulta más fácil ser un conferencista de superación personal cristiana que un pregonero de justicia que habla del arrepentimiento del pecado, porque la verdadera labor del evangelista es hacer que las personas entreguen su vida a Cristo para que abandonen sus pecados y sean salvos de los juicios de Dios y del infierno venidero. Un verdadero evangelista está en conflicto abierto con una sociedad que lo acusa de discriminación por predicar contra el pecado, está en conflicto abierto contra una iglesia posmoderna que prohíbe hablar contra el pecado de una forma escueta. ¿Somos parte de esa iglesia posmoderna, tibia y blandengue frente al pecado o somos esa iglesia que hace la obra de evangelista y cumple su ministerio predicando el verdadero evangelio? La verdadera iglesia anuncia la salvación de los juicios venideros y del infierno de fuego, porque solo Cristo salva. Maranatha, Cristo viene pronto.



EL   EVANGELISTA   YIYE AVILA SIEMPRE ANUNCIO LA
 VENIDA DEL SEÑOR JESÚS Y    NUNCA TEMIÓ DECIR LA 
VERDAD.




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