LOS PECADOS DE ALGUNOS
Y
manifiestas son las obras de la carne que son: Adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos,
iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras,
orgías, y cosas semejantes a estas, acerca de las cuales os amonesto, como ya
os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino
de Dios. Gálatas 5: 19 al 21. La Biblia advierte claramente que el que
practique cualquiera de estos pecados y los que son semejantes a estos no
heredarán el reino de Dios, es decir que no van a ser salvos ni tendrán arte ni
parte en el cielo, sino que serán condenados eternamente. Nosotros sabemos cómo
cristianos que estos pecados abundan en el mundo, pero que también existen
personas en la iglesia que abiertamente o a escondidas practican este tipo de
pecados; especialmente los que tienen que ver con el pecado sexual. El profeta
David Wilkerson en su libro LA VISIÓN profetizó
que en el último tiempo muchos cristianos y aún ministros del evangelio
caerían en el pecado sexual, esta profecía fue escrita en los años 70 y vino a
cumplirse a finales de los años 80. Al principio nadie le creyó y fue tachado
de falso profeta, pero a medida que pasó el tiempo se comenzaron a ver caer en
pecados sexuales predicadores de renombre. Antiguamente en la iglesia estos
eran pecados reprobables y de muerte, pero gracias a una perspectiva liviana
muy poco bíblica en algunas iglesias estos pecados son considerados pequeños y
se ánima a muchos “creyentes” al lema de –peco rezo y empato-, pero la Biblia
advierte que los que practican tales cosas no entrarán al cielo, estos pecados
son tan delicados que el mismo apóstol Pablo advierte en 1 de Corintios 5:11 Mas bien os escribí, que NO OS JUNTÉIS
con ninguno, que llamándose hermano, fuere; fornicario o avaro o idólatra o
maldiciente o borracho o ladrón, con el tal ni aun comáis. Lo cierto es
que estas normas bíblicas no se ponen en práctica, porque para los livianos es
fanatismo y otros opinan que son tantos los que andan en algunas iglesias en
este tipo de pecado que prácticamente no podrían tratar ni con la mitad de ella,
pero la Biblia se hizo para practicarla y este asunto de no juntarse con
alguien que llamándose hermano fuere adúltero, fornicario o avaro es para
obedecerlo. Lo que también sucede es que algunos ministros no practican esta
demanda bíblica para no ofender, para no menguar el número de “creyentes” y
para no perder aquellos “hermanos” que diezman pero que sus vidas están en
adulterio o fornicación, pero ellos de paso quieren evitar ser perseguidos o
entrar en conflicto abierto con este tipo de personas y aquí se cumple la palabra que dice: Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo
Jesús padecerán persecución 2 de Timoteo 3:12. Y eso es lo que los
ministros posmodernos se quieren evitar, ellos quieren evitar la persecución
por causa de la disciplina que la Biblia demanda en la iglesia y les sucede lo
que les sucedió a los Gálatas: Todos los que quieren
agradar en la carne, estos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no
padecer persecución a causa de la cruz de Cristo Gálatas 6:12. Sí, mis
amados hermanos hoy en día existen muchos supuestos cristianos que ya no hablan
contra el pecado para no padecer persecución, ellos prefieren evitar hablar
contra el adulterio, la fornicación, el homosexualismo para no ser tachados de
fanáticos, ni ser vituperados por obedecer la Biblia y se han convertido en
fuentes sin agua, como ese supuesto pastor Joel Ostin el cual dijo que ya había
extirpado de su vocabulario la palabra PECADO y que nunca más la volvió a
mencionar desde el púlpito ni en ninguna parte. Pero ¿qué podemos pensar
nosotros de eso? Sin duda alguna ese pobre hombre está fuera de la palabra,
porque son innumerables las veces que la Biblia menciona la palabra pecado.
Nosotros somos llamados a predicar la palabra tal y como está sin quitarle ni
añadirle, no somos llamados a ser diplomáticos, somos llamados a predicar la
verdad y ponerla por obra y predicar como Juan el bautista que le dijo a
Herodes en una ocasión: No te es lícito tenerla. Refiriéndose
al estado de adulterio en que estaba Herodes y somos llamados a predicar como
Jesucristo en la que los apóstoles le dijeron en una ocasión: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta
palabra? Pero respondiendo él les dijo: Toda planta que no plantó mi Padre
celestial, será desarraigada. Dejadlos, son ciegos y guías de ciegos… Mateo 15:
12 al 14. Así que queridos amigos si ustedes no han abandonado el
adulterio, la fornicación, la inmundicia, la lascivia y la lujuria van es a
parar al infierno, porque los que practican tales cosas no heredarán el reino
de Dios. Y la verdadera iglesia dice: Ven Señor
Jesús, Maranata.
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