martes, 13 de mayo de 2014

LOS PECADOS DE ALGUNOS


Y manifiestas son las obras de la carne que son: Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas, acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gálatas 5: 19 al 21. La Biblia advierte claramente que el que practique cualquiera de estos pecados y los que son semejantes a estos no heredarán el reino de Dios, es decir que no van a ser salvos ni tendrán arte ni parte en el cielo, sino que serán condenados eternamente. Nosotros sabemos cómo cristianos que estos pecados abundan en el mundo, pero que también existen personas en la iglesia que abiertamente o a escondidas practican este tipo de pecados; especialmente los que tienen que ver con el pecado sexual. El profeta David Wilkerson en su libro LA VISIÓN profetizó  que en el último tiempo muchos cristianos y aún ministros del evangelio caerían en el pecado sexual, esta profecía fue escrita en los años 70 y vino a cumplirse a finales de los años 80. Al principio nadie le creyó y fue tachado de falso profeta, pero a medida que pasó el tiempo se comenzaron a ver caer en pecados sexuales predicadores de renombre. Antiguamente en la iglesia estos eran pecados reprobables y de muerte, pero gracias a una perspectiva liviana muy poco bíblica en algunas iglesias estos pecados son considerados pequeños y se ánima a muchos “creyentes” al lema de –peco rezo y empato-, pero la Biblia advierte que los que practican tales cosas no entrarán al cielo, estos pecados son tan delicados que el mismo apóstol Pablo advierte en 1 de Corintios 5:11 Mas bien os escribí, que NO OS JUNTÉIS con ninguno, que llamándose hermano, fuere; fornicario o avaro o idólatra o maldiciente o borracho o ladrón, con el tal ni aun comáis. Lo cierto es que estas normas bíblicas no se ponen en práctica, porque para los livianos es fanatismo y otros opinan que son tantos los que andan en algunas iglesias en este tipo de pecado que prácticamente no podrían tratar ni con la mitad de ella, pero la Biblia se hizo para practicarla y este asunto de no juntarse con alguien que llamándose hermano fuere adúltero, fornicario o avaro es para obedecerlo. Lo que también sucede es que algunos ministros no practican esta demanda bíblica para no ofender, para no menguar el número de “creyentes” y para no perder aquellos “hermanos” que diezman pero que sus vidas están en adulterio o fornicación, pero ellos de paso quieren evitar ser perseguidos o entrar en conflicto abierto con este tipo de personas y  aquí se cumple la palabra que dice: Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución 2 de Timoteo 3:12. Y eso es lo que los ministros posmodernos se quieren evitar, ellos quieren evitar la persecución por causa de la disciplina que la Biblia demanda en la iglesia y les sucede lo que les sucedió a los Gálatas: Todos los que quieren agradar en la carne, estos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo Gálatas 6:12. Sí, mis amados hermanos hoy en día existen muchos supuestos cristianos que ya no hablan contra el pecado para no padecer persecución, ellos prefieren evitar hablar contra el adulterio, la fornicación, el homosexualismo para no ser tachados de fanáticos, ni ser vituperados por obedecer la Biblia y se han convertido en fuentes sin agua, como ese supuesto pastor Joel Ostin el cual dijo que ya había extirpado de su vocabulario la palabra PECADO y que nunca más la volvió a mencionar desde el púlpito ni en ninguna parte. Pero ¿qué podemos pensar nosotros de eso? Sin duda alguna ese pobre hombre está fuera de la palabra, porque son innumerables las veces que la Biblia menciona la palabra pecado. Nosotros somos llamados a predicar la palabra tal y como está sin quitarle ni añadirle, no somos llamados a ser diplomáticos, somos llamados a predicar la verdad y ponerla por obra y predicar como Juan el bautista que le dijo a Herodes en una ocasión: No te es lícito tenerla. Refiriéndose al estado de adulterio en que estaba Herodes y somos llamados a predicar como Jesucristo en la que los apóstoles le dijeron en una ocasión: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? Pero respondiendo él les dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos, son ciegos y guías de ciegos… Mateo 15: 12 al 14. Así que queridos amigos si ustedes no han abandonado el adulterio, la fornicación, la inmundicia, la lascivia y la lujuria van es a parar al infierno, porque los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Y la verdadera iglesia dice: Ven Señor Jesús, Maranata.   



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