martes, 14 de abril de 2015

EL REGALO DE LA GRACIA


EFESIOS 2:8 y 9 Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe y esto no de vosotros pues es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe. La palabra dice claramente que la salvación nos ha sido dada gratis, es un regalo de Dios inmerecido para el hombre, pues ningún ser humano es digno de recibir la salvación y la gracia de Dios consiste en regalarnos esa salvación que no merecemos. Ningún hombre puede ser santo por sí mismo, ningún hombre puede ser justo por sí mismo, ningún hombre puede quitarse el pecado, ningún hombre puede pagar el precio de su salvación, pero Dios el Padre al ver la inutilidad del hombre para ser salvo, decide amarlo porque Dios es amor 1 de Juan 4:8 Y desde antes de la fundación del mundo 1 de Pedro 1:19 y 20 decide enviar a su hijo para salvarlo a través del sacrificio en la cruz, derramando su sangre en favor del hombre. La culpabilidad del hombre ante un Dios perfecto lo obliga a condenarlo por la eternidad, pero que en su infinito amor y justicia carga en Cristo todo el peso de nuestro pecado y todo el castigo sobre él. Con todo eso Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado… Isaías 53:10. Entonces la gracia consiste en que Dios el Padre envió a su Hijo al mundo a pagar el precio del pecado del hombre, un Dios de justicia no puede pasar por alto el castigo por el pecado, entonces envía a su hijo y carga en él el castigo del pecado sacrificándolo en una cruz y haciendo que derrame toda su sangre en el pago del precio por el pecado delante del Padre. Y así es como nosotros recibimos una salvación gratuita inmerecida. Pero no todo termina ahí, porque el regalo de Dios trae consigo el don del Espíritu Santo (Hechos 2: 38… Y recibiréis el don del Espíritu Santo) el Espíritu santo es nuestro ayudador, él es quién nos da el poder de vencer el pecado (Romanos 8: 1 y 2) el Espíritu Santo es quién nos guía a toda verdad. Pero que problema cuando algunos creyentes piensan que son salvos por sus obras de justicia y creen que guardar la apariencia externa es suficiente y muchos se justifican en su forma de vestir, otros se justifican en su prosperidad. Nosotros como creyentes debemos primero darle la gloria a Dios por nuestra salvación y darle la gloria por nuestra santidad, porque separados de él nada podemos hacer. Todo creyente debe entender que él guarda la palabra solo por el poder de Dios, de manera que nadie puede gloriarse de su santidad o de llevar una vida justa y cada obra buena que hace un creyente es porque Dios o dispuso así. Porque somos hechura suya creados en cristo Jesús, para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas Efesios 2:10 Toda buena obra que haga un creyente, ya sea predicar el evangelio, ayudar a los necesitados, visitar a los enfermos, prestar un servicio en la iglesia, es solo por la misericordia de Dios. 

Cristo viene pronto, Maranatha.


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