sábado, 23 de enero de 2016
Hombres
de Otra Clase
Cuando
leo acerca de las hazañas de los santos del Antiguo Testamento, mi corazón
arde. Estos santos estaban tan cargados por la causa del nombre de Dios, que
hicieron poderosas obras.
Hombres
de Dios
Aquellos
santos de antaño eran como rocas en su negativa en ir delante sin una palabra
de Dios. Y ellos lloraron y gimieron a veces por días por la condición
descarriada de su casa. Ellos se negaban a comer, beber o lavar sus cuerpos.
Ellos
arrancaban mechones de pelos de su cuero cabelludo y sus barbas. El profeta
Jeremías inclusive se recostó de costado en las calles de Jerusalén por 365
días, continuamente advirtiendo del juicio venidero de Dios.
Me
pregunto ¿De donde estos santos obtuvieron la autoridad espiritual y la fuerza
para hacer todo lo que ellos hicieron? Ellos eran hombres de una clase
diferente, siervos de un tipo totalmente diferente de aquellos que nosotros
vemos en la iglesia hoy. Simplemente no me puedo identificar con ellos y su
andar. Yo sé que no soy totalmente de su clase. Y no conozco a un solo
cristiano que lo sea.
Algo
acerca de esto me inquieta. La Biblia dice que las proezas de los hombres del
Antiguo Testamento fueron registradas como lecciones para nosotros: “Estas
cosas les acontecieron como ejemplo y están escritas para amonestarnos a
nosotros a quienes han alcanzado los fines del siglo” (1Corintios 10:11). Sus
historias son como ejemplos, para mostrarnos como mover el corazón de Dios, o
como llevar a un pueblo corrupto al arrepentimiento.
Así
que, ¿Fueron estos santos una raza especial? ¿Eran superhombres, con un destino
predeterminado, dotados con poderes sobrenaturales desconocidos para nuestra
generación? De ninguna manera. La Biblia declara enfáticamente que nuestros
piadosos ancestros eran personas como tú y yo; sujetas a las mismas pasiones de
la carne (vea Santiago 5:17). El hecho es que, sus ejemplos nos revelan un
patrón a seguir. Estos hombres poseían algo en sus caracteres que causaba que
Dios pusiera su mano sobre ellos. Por eso Dios los escogió para cumplir sus
propósitos. Y él nos insta a buscar la misma calidad de carácter hoy.
Estoy
inquieto por otra diferencia entre estos hombres del pasado y la mayoría de los
cristianos de hoy. Vivimos en la época más perversa de la historia. Nuestra
presente generación es muchas veces peor que aquélla de Ninive o Sodoma.
Nosotros tenemos la cerviz mas endurecida que el antiguo Israel, más violentos
que en los días de Noe. Si hubo un tiempo cuando el mundo necesita santos de
una fe intensa, es ahora. Y creo que Dios esta buscando la misma clase de
siervos devotos hoy. Él esta buscando hombres y mujeres quienes se esforzarán
por conocer su corazón, hacer proezas poderosas en su nombre, y traer
sociedades enteras de vuelta a él.
Piénsalo:
¿Por qué Dios levantaría hombres de profundo quebrantamiento y búsquedas santas
en tiempos pasados, y sin embargo descuidar de hacer lo mismo hoy? ¿Por qué el
arbitrariamente dejaría a la generación mas necesitada en la historia, sin
voces santas? Sabemos que Dios no ha cambiado. El es el mismo, ayer, hoy, y por
todos los siglos (vea Hebreos 13:8). Y servimos al mismo Señor como aquellas
generaciones pasadas. Así que, ¿donde están los siervos intensos hoy quienes
llevaran su carga y hablaran por su causa?
Finalmente,
lo que más me inquieta es que nosotros poseemos algo que aquellos hombres
santos no poseyeron. En estos últimos días, el Señor ha derramado sobre
nosotros el don del Espíritu Santo. Por lo tanto, nuestra generación tiene
acceso a más poder ayudador y dones celestiales que nunca. En resumen, nos ha
dado todo lo que necesitamos para levantarnos como hombres de otra clase. Y Dios
esta llamando a tales siervos a salir y ser apartados.
La
pregunta para nosotros es, ¿Por qué Dios tocó y ungió a estos hombres en
particular tan poderosamente? ¿Por qué sus ministerios fueron capaces de
cambiar los destinos de naciones enteras? La Biblia revela como estos “hombres
de otra clase” se hicieron tan embelesados con el Señor y con su causa. Y esto
expone como sus sendas pueden ser seguidas por cualquier siervo de Dios.
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1.
Esdras fue un hombre de Dios
que
despertó a toda su nación.
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La
Escritura dice que Esdras fue un hombre que tenía la mano de Dios sobre él.
Esdras testifico, “…Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí,” (Esdras
7:28). En otras palabras, Dios extendió su mano, envolviendo a Esdras y lo hizo
un hombre diferente.
¿Por
qué Dios haría esto con Esdras? Había cientos de escribas en Israel en ese
tiempo. Todos ellos tenían el mismo llamado a estudiar y a exponer la palabra
de Dios al pueblo. ¿Qué separo a Esdras de los otros? ¿Qué hizo que el Señor
pusiera su mano en este hombre, y le diera cargo sobre 50,000 personas para
reedificar la ciudad caída de Jerusalén?
La
Escritura nos da la respuesta “Esdras había preparado su corazón para inquirir
la ley de Jehová y para cumplirla” (Esdras 7:10). Es simple: Esdras hizo una
decisión consciente. Él determina por encima de todo escudriñar la Palabra de
Dios y obedecerla. Y el no se desvió de esa decisión. El se dijo a sí mismo,
“Voy a ser un estudiante de la Palabra. Y voy a aplicar todo lo que lea.”
Esdras
no tuvo alguna experiencia sobrenatural que le dio un amor por las Escrituras.
El no fue movido por el Espíritu de Dios en la noche ni le fue dicho, “Tú vas a
guiar a 50,000 al arrepentimiento y hacer mi obra. Y para hacer eso, vas a
necesitar poder, fuerza, pureza, y autoridad espiritual. Sin embargo, esto solo
viene conociendo y obedeciendo mi Palabra. Así que para cumplir mi plan para
ti, voy a dotarte con amor por las Escrituras. Mañana, tú despertarás con un
hambre insaciable para estudiar y obedecer y mi Palabra.”
Esa
fue la forma en que ocurrió eso, de ninguna manera. Mucho antes que Dios
pusiera su mano sobre Esdras, este hombre era diligente en escudriñar las
Escrituras. Él permitió ser examinado, lavado por ella y limpiado de toda
inmundicia de cuerpo y de espíritu. Como resultado, Dios vio en Esdras a un
hombre que estaba saturado de la Palabra. Esdras tenía hambre de las Escrituras
y se regocijaba en ellas. En resumen, él permitió que las Escrituras prepararan
su corazón para cualquier obra de Dios para él. Esta es la razón por la cual
Dios puso su mano sobre Esdras y lo ungió.
Como
Esdras, David era un “hombre de otra clase” que cambio el curso de su nación. Y
como Esdras, David saturó su corazón en la Palabra Dios. Él escribió el Salmo
119, el cual contiene 176 versos, casi cada uno de ellos exaltando la gloria de
la palabra de Dios: “En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra
ti… Me regocijaré en tus estatutos; no me olvidare de tus palabras… ¡Oh, cuanto
amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación… Lámpara es a mis pies tu
palabra, y lumbrera a mi camino… sumamente pura es tu palabra, y la ama tu
siervo” (119:11, 16, 97, 105, 140).
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Esdras
también dispuso
su
corazón a ayunar y orar.
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2.
Jeremías habla de comprometer el corazón a buscar al Señor (Jeremías 30:21).
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Hallamos
estos mismos patrones bíblicos en la vida de Jeremías. Este hombre también
dispuso su corazón para buscar al Señor, y la Palabra de Dios vino a él. Una y
otra vez leemos del profeta, “Palabra de Jehová vino a Jeremías.”
Muchos
comentaristas llaman a Jeremías el profeta llorón, y eso es ciertamente verdad
de él. Pero este hombre también nos trajo el evangelio más feliz y digno de
alabanza en todo el Antiguo Testamento. Después de todo, él predijo la gloria
venidera del nuevo pacto: “Haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás
de hacerles bien” (Jeremías 32:40). “Y el alma del sacerdote satisfaré con
abundancia, y mi pueblo será saciado de mi bien, dice Jehová.” (31:14). “Los
limpiare de toda su maldad” (33:8).
Ahora,
esas son buenas noticias. El Nuevo Pacto esta lleno de misericordia, gracia,
gozo, paz y bondad. Pero, como puedes ver, hay una historia detrás de cada
palabra de Jeremías aquí. Y esa historia incluye un quebrantamiento que va
mucho más allá de la capacidad de un ser humano.
Jeremías
escribió, “¡Mis entrañas, mis entrañas¡ Me duelen las fibras de mi corazón; Mi
corazón se agita dentro de mí, no callare; Porque sonido de trompeta has oído,
oh alma mía pregón de guerra” (4:19). “¡Oh alma, si mi cabeza se hiciere aguas,
y mis ojos fuente de lágrimas, para que llore día y noche los muertos de la
hija de mi pueblo!” (9:1).
Jeremías
estaba llorando con lágrimas santas, que no eran suyas. En realidad, este
profeta verdaderamente oyó a Dios hablar de su propio lloro y corazón
quebrantado. Primero, el Señor advirtió a Jeremías que iba a enviar juicio
sobre Israel. Luego él dijo al profeta: “Por los montes levantare lloro y
lamentación, y llanto por los pastizales del desierto” (9:10). La palabra
griega para lamentación aquí significa lloro. Dios mismo estaba llorando por el
juicio que vendría sobre su pueblo.
Cuando
Jeremías oyó esto, él compartió la carga del lloro de Dios por su pueblo.
Yo
también sentí algo de esta carga de llanto del Señor mismo durante un viaje de
predicación reciente a las islas británicas. Mientras hablaba de la condición
caída de la iglesia, un reportero británico me pregunto, “¿No tienes nada bueno
que decir sobre la religión?”
Su
pregunta me hizo pensar de la terrible condición de tanta gente joven de allí.
Ellos están viviendo en las calles embriagándose en jaranas, drogándose,
totalmente fuera de sí. Mientras tanto, la iglesia de Inglaterra esta
“di-Santificando” iglesia tras iglesia; esto es, cerrando las puertas de las
casas de adoración que estuvieron abiertas por siglos.
Cuando
hable en la capilla Westminster, la iglesia del gran predicador E. Stanley
Jones, la gente joven llenaba los balcones. Ellos estaban hambrientos de oír
algo, cualquier cosa, que hable de la esperanza en Dios. Cuando yo di la
invitación al final ellos fueron en torrente a las habitaciones de oración,
llorando y lamentando por sus vidas quebrantadas y desesperadas. Una muchacha
de dieciocho años tenía la mirada vidriosa mientras estaba en la línea de oración.
Ella me dijo, Señor Wilkerson, no puedo llorar. La iglesia se ha llevado mi fe.
No siento nada ahora.”
En
esta escena y muchas otras como esta, yo fui vencido por un quebrantamiento,
más allá de mi propio adolorido corazón. Era el llanto del corazón de Dios,
diciéndome “David, si alguna vez yo necesite un profeta que llore por mi casa,
es aquí y ahora.”
Así
qué, ¿Qué ocurre cuando compartimos la carga de lloro del corazón de Dios? El
Señor comparte con nosotros a cambio su misma mente y pensamientos; Jeremías
testifica de esto. A él fue dado un conocimiento discernidor de sus tiempos que
lo capacitaron para ver lo que se avecinaba. “Porque Jehová de los ejércitos
que te planto ha pronunciado mal contra ti… y Jehová me lo hizo saber, y lo
conocí; entonces me hiciste ver tus obras.” (Jeremías 11:17-18).
Cualquier
santo quebrantado y saturado con la Palabra le será dado un sentido para
discernir los tiempos. De hecho, muchos en la iglesia no fueron sorprendidos
por los ataques del 11 de septiembre del 2001. Durante meses antes del
desastre, la iglesia Times Square tuvo servicios de intercesión donde el llanto
prevaleció, sin saber de donde venia el juicio. Pero nosotros fuimos
conscientes de que el juicio venia. De la misma manera, yo creo que cada ministro
piadoso que conoce el corazón lloroso de Dios también tuvo conciencia del
juicio inminente.
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3.
Daniel fue un hombre de otra clase
que
dispuso su rostro hacia el Señor.
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Daniel
fue también “un hombre de otra clase” que habla de ser quebrantado: Y volví mi
rostro hacia Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y
ceniza. Y ore a Jehová mi Dios e hice confesión” (Daniel 9:3-4). A cambio,
Daniel fue capaz de discernir los tiempos, porque conocía el corazón de Dios.
“…yo Daniel mire atentamente en los libros el número de los años de que hablo
Jehová al profeta Jeremías” (Daniel 9:2). Además fue Daniel quien interpretó la
visión de la roca cayendo de la montaña para aplastar todos los reinos del
mundo.
¿Cómo
llegó Daniel a este sendero de quebrantamiento, conocimiento y discernimiento?
Esto comenzó con su estudio de la Palabra de Dios. Daniel permitió que las
Escrituras se afirmarán completamente en él. Y él las cita a menudo y
detalladamente, porque las había guardado en su corazón: “Como esta escrito en
la ley…” (9:13).
En
el capítulo 10, a este santo profeta le fue dada una visión de Cristo. “Y alce
mis ojos y mire y he aquí un varón vestido de lino, y ceñido sus lomos de oro
de Ufaz… y su rostro parecía como un relámpago, y sus ojos como antorchas de
fuego… y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud.”
(10:5-6).
Ahora,
había otros hombres con Daniel cuando él vio la visión. Y estos hombres tenían
que ser creyentes. En su cautividad, Daniel había establecido una norma para si
mismo de no asociarse con los malvados. Sin embargo estos creyentes que estaban
con el ahora no eran “hombres de otra clase,” como Daniel. Así que cuando vino
la visión aquellos hombres huyeron. “Y solo yo, Daniel, vi aquella visión, y no
la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apodero de ellos un gran
temor, y huyeron y se escondieron.” (10-7).
La
presencia santa de Dios había enviado a estos hombres a correr en temor. Y
sabemos que solamente corazones llenos de pecados ocultos pueden causar tal
temor de la presencia del Señor.
Esto
me lleva a una palabra final sobre el asunto de ser un creyente “de otra
clase.” He estado pensando mucho últimamente sobre el día cuando compareceremos
delante del Señor, en el juicio. En ese día, vamos a estar de pie delante de
Cristo ambos hombre y Dios. Como nosotros, Jesús camino en la tierra, hablo con
otros hombres y fue tocado por todos los sentimientos humanos. Y ahora,
mientras cada uno comparecerá delante de él, veremos inmediatamente, un brillo
en su ojo o una mirada herida.
Pienso
en las palabras de Samuel a Saúl: “Locamente has hecho; no guardaste el
mandamiento de Jehová tu Dios que el te había ordenado, pues ahora Jehová
hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no
será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón,” (1Samuel
13:13-14).
Saúl
estará allí aquel día, junto a nosotros. Me pregunto que le dirá el Señor en
aquel entonces. ¿Será algo como lo siguiente?
“Saúl,
déjame mostrarte lo que yo tenia en mente para ti. Tú hubieras sido un padre
tierno para David. Y la nación que gobernaste hubiera estado sobre sus rodillas
en humildad delante de mí. Tú hubieras ganado para Israel el respeto de las naciones
a su alrededor. Y mi pueblo hubiera gozado de paz como un rió. Yo te hubiera
dado honor y un nombre que hubiera tenido el mismo sello de Dios sobre él.
“Pero
todo resulto diferente. Tú abortaste mis planes para ti, porque no tomaste mi
Palabra seriamente. En cambio, permitiste que los celos, la amargura, y la
falta de perdón te robaran todo. Saúl, mira lo que perdiste.”
Querido
santo, estamos viviendo en tiempos de vida y muerte ahora mismo. Y es tiempo de
escoger entre el camino a la vida espiritual y la obediencia, o el camino de la
muerte espiritual e hipocresía. Considera las palabras de Moisés: “A los cielos
y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante
la vida y la muerte, la bendición y la maldición, escoge pues la vida, para que
vivas tu y tu descendencia.” (Deuteronomio 30:19).
Te
insto, dispón tu corazón hoy a buscar a Dios con toda diligencia y
determinación. Luego ve a la Palabra con un amor y deseo siempre creciente. Ora
con ayuno para quebrantamiento, para recibir su carga.
NOTICIAS CRISTIANAS
Niño causa admiración en redes sociales por evangelizar a sus amigos
Niño causa admiración en redes sociales por evangelizar a sus amigos
Las
imágenes del momento de la oración y los informes se publicaron en Facebook por
un vecino que escuchó la conversación desde el balcón.
BRASIL.-
Fotos de un niño de 9 años hablando de Jesús y orando con sus amigos de
condominio está causando admiración en los internautas emocionantes de las
redes sociales.
Las
imágenes fueron tomadas por un residente del edificio situado en Curitiba (PR),
quien asistió a la pequeña evangelización y quedó impresionado, sintiendo la
necesidad de registrar y compartir lo que estaba viendo.
“Esta
mañana, me desperté y escuché algunos niños que hablan por el condominio.
Me
detuve unos minutos en el balcón para escucharlos. El de camiseta naranja
estaba diciendo a los demás como Dios es hermoso. Que él es su mayor héroe y él
cambió la historia de su familia”, relató Tiago Miguel, autor de las fotos.
En
la publicación en su Facebook, Tiago también comentó que la conversación entre
los chicos avanzó a un “llamado”, donde dos amigos terminaron aceptando que
hablarían con Dios.
“Al
final, les preguntó a los niños si alguna vez habían hablado con Dios. Los
chicos dijeron que no, así que preguntó: ‘¿Quieres hablar con él y con Jesús?’
Ellos dijeron ‘sí’. Al final se sentaron en el camino y él los invitó a los dos
a repetir la oración y los dos invitaron a que Jesús entrara en sus vidas.
Se
levantaron y luego se fueron a jugar pelota. Así de simple…”.
Con
el intercambio de imágenes, la pequeña madre del pequeño misionero fue
encontrada y habló con entusiasmo acerca de cómo educa a su hijo, Caio Samuel,
diciéndole a los padres a no desanimarse, porque la Palabra de Dios no regresa
vacía.
“Creo
que de alguna manera el Señor hizo que esta publicación nos llegase por
“coincidencia”, ya que nos ha enseñado la importancia de evangelizar y educar a
nuestros hijos en el camino del Señor… y esto es prueba de que Dios nos está
mostrando … que está viendo. No te desanimes nunca, la palabra de Dios nunca
regresa vacía… lo que somos dentro de nuestros hogares, luego nuestros hijos lo
representan en la esencia de nuestra familia que hay en el mundo”, dijo
Fernanda, la madre del niño.
Además
de hablarle de Dios a sus compañeros del condominio, Caio también muestra su fe
en la escuela.
“Al
final del año fui a buscar el boletín de él y su maestro me hizo llorar porque
él contagia a todos con sus historias bíblicas. A los niños les encanta la
escuela y yo os digo: él ya ha impactado las vidas de muchas personas porque no
se avergüenza de hablar del amor de Cristo y él sólo tiene nueve años”, dijo la
madre.
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